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Escritos

Algunas reflexiones ante la situación actual

Por 6 de abril de 2020noviembre 30th, 2020No Comments

Pandemia. Ya el hecho de nombrar así lo que está pasando en el mundo nos produce una especie de sacudimiento.
Estamos azorados frente a algo que no conocemos, que es invisible y que nos invade sin siquiera notarlo hasta que como un ejército silencioso penetra nuestro territorio, nuestro cuerpo en este caso.
¿Qué va a pasar? Pregunta sin respuesta por el momento.
La incertidumbre nos invade, no podemos imaginar siquiera qué va a pasar en el mundo, en nuestras personas queridas y en nosotros mismos.
Surge la angustia como reacción natural, es un estado de tribulación psíquica ante lo que es vivido como un peligro, una amenaza, que nos enfrenta a nuestra situación de desvalimiento psíquico y biológico. Tal como podemos pensar que ocurre en todo ser humano al nacer y frente a lo que objetivamente significa la separación del bebé de la madre. De este modo se constituye como una reactivación, la situación actual, de antiguas situaciones incorporadas como moldes en el psiquismo.
No se trata de suprimir la angustia sino de aprender a hacerle frente y a utilizarla para ponerla al servicio de la vida.
Freud nos habló de los golpes o afrentas que el narcisismo de la humanidad ha recibido.
La primera afrenta asestada por Copérnico en el siglo XVI, cuando develó que la tierra no era el centro del Universo. Más adelante los estudios de Charles Darwin, dando por tierra la ilusión arrogante de tener linaje divino a diferencia de los animales. Y el tercer golpe, el psicológico, cuando Sigmund Freud plantea que el ser humano no es el amo de sí mismo, el yo no domina el psiquismo, que desconocemos gran parte de nuestra propia mente.
¿Estamos quizás ante una afrenta similar? La fantasía omnipotente de manejar y controlar el mundo, el universo, se choca contra la existencia del coronavirus, nos enfrenta al hecho que no podemos ni sabemos cómo controlar todo. Esa ciencia que nos puso en jaque el narcisismo con los descubrimientos que cambiaron la visión del universo, del mundo y del ser humano, ahora se nos muestra como un bebé desvalido, sin herramientas suficientes por el momento.

Estamos en una situación que nos plantea la exigencia de una adaptación rápida. Tenemos que construir nuevos modos de comunicarnos y mantener la capacidad del trabajo conjunto.
Nosotros, los analistas, necesitamos preservar la relación analítica y llevar también adelante la función social del Psicoanálisis. En esta tarea hay distintas maneras de contribuir, por un lado facilitar la información simple y clara, que siempre ayuda a disminuir las ansiedades. Por otro lado, la actitud del analista debe ser de receptividad al dolor psíquico y de compromiso con el paciente.
Hay situaciones difíciles en la historia del Psicoanálisis.
Recordaba cuando en plena guerra, segunda Guerra Mundial, Melanie Klein atendía a su paciente Richard en un pueblo de Escocia, donde ambos estuvieron refugiados. Ella adaptó el encuadre a las circunstancias, constituyendo su consultorio en un salón de reuniones perteneciente a las niñas exploradoras, lleno de objetos inhabituales en los consultorios analíticos. En ocasiones caminaba con su paciente yendo o volviendo de este consultorio que estaba más alejado, al lugar donde habitaban, más en el centro de la población.
Todo esto fue pensado por Melanie Klein con actitud analítica y respeto por su paciente, lo que le permitió continuar con su función y llevar adelante el proceso analítico.
Quizás otra modificación que la situación impuso fue el establecimiento de un tiempo predeterminado, en ese caso, para la terminación de este análisis en relación a la estancia de M. K. en el lugar.
La situación actual nos lleva a crear algo nuevo, no tenemos experiencia, no sabemos hasta cuándo tendremos que mantener esta modalidad de “encuentros a distancia”, en los que seguramente la disposición para hacer lo mejor que podamos nos ayudará a tolerar no tener las respuestas y aceptar nuestras limitaciones.
Quizás otro vértice desde el cuál podemos plantear la situación sea como oportunidad de acceder a nuevos caminos, plantearnos interrogantes en búsqueda de conocimientos.
La incertidumbre posibilita el preguntarse como la única manera de lograr transitar en la búsqueda de significados verdaderos. Hasta aquí puedo visualizar que la amplitud puede ser un camino, ampliar nuestra mente y nuestra manera de pensar.

Psic. María Angélica Maronna
Miembro Titular con Función Didáctica de la Asociación de Psicoanálisis de Rosario